Los hastaluego de la supervivencia
en nuestros cuerpos
no tienen sentidos
si los pierdes todos
por otros versos,
donde el tiempo no tiene lugar
cuando los dóndes se quedan sin tiempo
de forjar los pasos por el pasado,
sin pararse a pasar la página
del libro con el que tropieza,
en vez de escribir su propio cuento;
como andar sobrecogido en tus cataratas
sin mojarme,
ni armarme de méritos
de por medio.
Me emborraché de sueños
y les dí de beber,
con esa sed de bebé recién nacido,
con esa segunda vez
de paracaidista sin miedo a las alturas,
llenando de huidas las excusas,
y de sinsabores los vasos;
de gotas de agua las pesadillas,
y de ganas,
cada paso.
Puedo perderme
en cada interrogación que ex-clavas
cuando la única carta que te queda,
son dos sueños que contarme
los domingos por la tarde;
como los treinta de julio
desafinando nuestra lluvia
sin una llama que nos prenda,
y podamos entender la música
en clave de soles;
y bebernos la tristeza,
irnos por las ramas,
y abrir la jaula
que encierra al vértigo que tienes
de poder volver a volar juntos,
a un mismo ritmo
y entre sudores,
ya me entiendes.
Te besaba despacio para engañar al reloj,
yo, que llené de silencios
los minutos que pasaste a escondidas,
cuando fueron tus sueños
los que salieron de mi cama.
miércoles, 29 de abril de 2015
jueves, 23 de abril de 2015
revuelos de posibles
Creíste en huellas y caminos
como único método de vuelo,
sin saber,
que mis alas se quemaron
por el cielo de tu boca.
Puedes llenar de heridas mi refugio,
de paladares tu nostalgia,
o de vértigos mis palabras,
que yo
siempre nadaré
sin gravedad
entre tus miedos;
como ralentizar el tiempo de salida
cuando llevo veintidós borracheras
más que el hueco
de tus piernas.
Jugué contra tus dudas
y les gané por tres
errores
de indiferencia.
No hay maremoto que sepa
que bucearte los rincones sin paracaídas,
es como tomar
y temer tragar las espinas de la tarde
en que tu invisibilidad
atravesaba la ventana del miedo,
y pudimos leernos por dentro
hasta hacernos el amor,
y deshacernos los sudores
que flotaban en tu paladar,
a modo de saliva,
o de revolución
ya me entiendes.
Mis condenas sonaban a eco pidiendo auxilio,
haciendo all-in en la última mano
que me echaste
en ayuda de los sueños
que no me dejaban rescatar
el amanecer
de entre tus sábanas.
No existe beso
ni prosa,
que te sueñe lo más lejos posible,
sin poder vivir
contigo
un posible más de cerca.
como único método de vuelo,
sin saber,
que mis alas se quemaron
por el cielo de tu boca.
Puedes llenar de heridas mi refugio,
de paladares tu nostalgia,
o de vértigos mis palabras,
que yo
siempre nadaré
sin gravedad
entre tus miedos;
como ralentizar el tiempo de salida
cuando llevo veintidós borracheras
más que el hueco
de tus piernas.
Jugué contra tus dudas
y les gané por tres
errores
de indiferencia.
No hay maremoto que sepa
que bucearte los rincones sin paracaídas,
es como tomar
y temer tragar las espinas de la tarde
en que tu invisibilidad
atravesaba la ventana del miedo,
y pudimos leernos por dentro
hasta hacernos el amor,
y deshacernos los sudores
que flotaban en tu paladar,
a modo de saliva,
o de revolución
ya me entiendes.
Mis condenas sonaban a eco pidiendo auxilio,
haciendo all-in en la última mano
que me echaste
en ayuda de los sueños
que no me dejaban rescatar
el amanecer
de entre tus sábanas.
No existe beso
ni prosa,
que te sueñe lo más lejos posible,
sin poder vivir
contigo
un posible más de cerca.
lunes, 20 de abril de 2015
guerra de ganas
Entre instante y estante
de mis ojeras,
coloqué derribos sin rumbo
ni destino;
pinté de negro todas las rejas
que gritaban libertad
entre las sábanas.
Tengo los huecos
hechos a tu medida,
cuando a cada poesía,
le faltan tus orgasmos,
y tu culo de por medio;
como unos versos buscados
por una boca
que no tiene a otra
que se rinda con ella;
como si volara entre sombras,
y no dejara de ver nadar
a tu sonrisa en gama de grises;
o como si encontrara en tus rincones
una huella de besos
a modo de saliva,
o de sudor,
ya sabes;
y no hubiera una lluvia
de recuerdos
jodiéndonos las cosquillas;
pidiendo paz,
después de la guerra
contra las ganas.
Las noches son más oscuras,
desde que tus bragas
no vuelan de este a oeste
por tus gemidos;
puedes irte con ellas,
o volver
y seguir volando,
ya me entiendes.
de mis ojeras,
coloqué derribos sin rumbo
ni destino;
pinté de negro todas las rejas
que gritaban libertad
entre las sábanas.
Tengo los huecos
hechos a tu medida,
cuando a cada poesía,
le faltan tus orgasmos,
y tu culo de por medio;
como unos versos buscados
por una boca
que no tiene a otra
que se rinda con ella;
como si volara entre sombras,
y no dejara de ver nadar
a tu sonrisa en gama de grises;
o como si encontrara en tus rincones
una huella de besos
a modo de saliva,
o de sudor,
ya sabes;
y no hubiera una lluvia
de recuerdos
jodiéndonos las cosquillas;
pidiendo paz,
después de la guerra
contra las ganas.
Las noches son más oscuras,
desde que tus bragas
no vuelan de este a oeste
por tus gemidos;
puedes irte con ellas,
o volver
y seguir volando,
ya me entiendes.
domingo, 19 de abril de 2015
busco, no miro; observo
He visto a las olas
moldearse para llegar hasta tus lunares,
y tener algo
de lo que beber,
de vez en cuando,
cuando en vez de vencer,
venga bizco de victorias,
en lo de nadar
más hacia mis destrozos.
He bailado
mudo de caricias,
al son de una letra sin acordes,
sin cuerdos
ni cuerdas
acordando de por medio;
con miedo de no saber
contar más allá
de tus cataratas.
Ya sabes.
Seguiré pintando puntos de auxilio
en cada una de mis batallas,
y no cerraré la puerta
a las heridas
que piden libertad
encerradas en tus dudas;
como un futuro
clavando sus uñas
en mis destinos,
mirando para atrás sin espejos
de por miedo;
como un mar de pieles
sin una lluvia
que las acaricie
cada vez que naden ausencias
en sus derribos.
Sigo buscando un océano en calma,
un futuro en llamas,
o un destino libre,
acorde a nuestro mar de dudas
en el que siempre
quise hundirme contigo.
moldearse para llegar hasta tus lunares,
y tener algo
de lo que beber,
de vez en cuando,
cuando en vez de vencer,
venga bizco de victorias,
en lo de nadar
más hacia mis destrozos.
He bailado
mudo de caricias,
al son de una letra sin acordes,
sin cuerdos
ni cuerdas
acordando de por medio;
con miedo de no saber
contar más allá
de tus cataratas.
Ya sabes.
Seguiré pintando puntos de auxilio
en cada una de mis batallas,
y no cerraré la puerta
a las heridas
que piden libertad
encerradas en tus dudas;
como un futuro
clavando sus uñas
en mis destinos,
mirando para atrás sin espejos
de por miedo;
como un mar de pieles
sin una lluvia
que las acaricie
cada vez que naden ausencias
en sus derribos.
Sigo buscando un océano en calma,
un futuro en llamas,
o un destino libre,
acorde a nuestro mar de dudas
en el que siempre
quise hundirme contigo.
jueves, 16 de abril de 2015
es así
No puedo separar la arena del castillo
con tu ropa de por medio.
Puedes quitártela y volar,
o bailar entre sudores.
Ya sabes.
En tus huecos,
las cartas barabajaban cataratas
y suspiros,
a modo de as en la manga.
Lo siento
por todos los mares del universos,
hoy las prosas nadan contigo.
Y desde aquí le doy cuatro errores
de ventaja
a los escalones que hay que bajar
en los escombros de mis miedos.
Y les gano.
Que se jodan.
A estas alturas,
me das tanto vértigo,
como ganas de tirarme.
con tu ropa de por medio.
Puedes quitártela y volar,
o bailar entre sudores.
Ya sabes.
En tus huecos,
las cartas barabajaban cataratas
y suspiros,
a modo de as en la manga.
Lo siento
por todos los mares del universos,
hoy las prosas nadan contigo.
Y desde aquí le doy cuatro errores
de ventaja
a los escalones que hay que bajar
en los escombros de mis miedos.
Y les gano.
Que se jodan.
A estas alturas,
me das tanto vértigo,
como ganas de tirarme.
martes, 14 de abril de 2015
lo confieso
Despierto casi muerto
y medio ciego,
a tres acordes
y dos borracheras
de tus andares.
Me remuevo
entrelos pedazos de la almohada,
buscando el palpitar del océano
después de cada sueño
en que no estás.
Comosi caminara
por un desierto de luces
y no pudiera dejar de ver
tu universo de estrellas desnudas
acariciándome las pesadillas,
sonriéndome las torceduras
de mis errores por tus curvas.
Como si cada recuerdo
me mirase los destrozos
hastaverme hundir,
hasta apagarme,
y hubiera un cielo
de silencios,
a modo de caricias,
haciéndonos creer
que nuestro calor,
puede llegar a mimarnos las mañanas.
Déjalo.
Los nogales ardiendo
llegan a un punto
que son cenizas,
y nosotros
el olor de sus ramas.
Imaginé construir nuestro castillo
de arena
en medio de la playa,
y que las olas
nos besaran los atardeceres;
que tú volaras entre mis versos
y por todos los metros cuadrados
que separan mi boca de tu ombligo.
Y éso he pretendido todo el tiempo.
Ya ves.
Ahorame despierto
contu nombre enmarcado
en cada ojalá.
Y ojalá,
mañana,
seas tú quien me despierte.
y medio ciego,
a tres acordes
y dos borracheras
de tus andares.
Me remuevo
entrelos pedazos de la almohada,
buscando el palpitar del océano
después de cada sueño
en que no estás.
Comosi caminara
por un desierto de luces
y no pudiera dejar de ver
tu universo de estrellas desnudas
acariciándome las pesadillas,
sonriéndome las torceduras
de mis errores por tus curvas.
Como si cada recuerdo
me mirase los destrozos
hastaverme hundir,
hasta apagarme,
y hubiera un cielo
de silencios,
a modo de caricias,
haciéndonos creer
que nuestro calor,
puede llegar a mimarnos las mañanas.
Déjalo.
Los nogales ardiendo
llegan a un punto
que son cenizas,
y nosotros
el olor de sus ramas.
Imaginé construir nuestro castillo
de arena
en medio de la playa,
y que las olas
nos besaran los atardeceres;
que tú volaras entre mis versos
y por todos los metros cuadrados
que separan mi boca de tu ombligo.
Y éso he pretendido todo el tiempo.
Ya ves.
Ahorame despierto
contu nombre enmarcado
en cada ojalá.
Y ojalá,
mañana,
seas tú quien me despierte.
lunes, 13 de abril de 2015
quéhaceres
Voy
a disipar los escombros
que
forjé en cada paso,
para
no temer al cielo
cada
vez que lluevan versos.
Ojalá
pudieras escucharme.
Yo
hablaré de buceos
con
olor a fracaso,
de
mañanas que no se han despertado,
de
ayeres que nunca han sido.
Ando
al borde de caer por el bordillo
y
decirte que tropieces. Con mis caídas.
Que
tengo las heridas aún abiertas,
y
tú el ticket al más puro amanecer
por
mi ventana.
Que
la asfixia de mis pieles
a
no encontrarte,
está
llegando a las raíces
de
tu ausencia.
Y te recuerdo
como el mar en calma
en
que conocí a la suerte desnuda;
como un camino de sudores
envasados a tus sendas,
o un suspiro en mitad del maremoto,
a
modo de revolución entre las piernas.
Voy
a absorber la esperanza,
a
encerrar los refugios de esperarte,
a
refugiar los encierros de mis errores
a
errar la fugacidad de mis miedos,
a carecer de miedo a tus temores.
Tú sigue volando como lo haces,
domingo, 12 de abril de 2015
entonces
Hubo veces que llené de olvidos los rincones
que proclamaban libertad en mis pupilas,
y les dí recuerdos
para que se empaparan de magia.
Viví de cuentos sin final,
y calculé cuántos sueños me llevabas de ventaja
en aquello de volar más hacia arriba.
Soñé con rejas entrelazadas
por la decisión de cada mirada,
y conocí los pasos de cada error
en aquellos que no avanzan.
Hubo veces que miré las huellas de cada pared
que sabían a miedo sus escamas.
Imaginé a qué olía cada palabra
que tocabas con la punta de tus dudas,
y fijé los orgasmos en los espejos de mi almohada.
Decidí sacarme cada cristal roto
con tres minutos de tu ausencia,
y aquí estoy,
echándote de menos.
Compré un refugio de recuerdos
que ataron mis heridas como cuerdas
para que nunca se cerraran.
Enseñé a mis vuelos a planear
sin el olor de tus mañanas,
y escondí en los huecos que dejaste,
las plumas sucias de mis resacas.
Vi un deseo fugaz
y pedí una estrella,
así,
no sólo fue tu ausencia
la que brilló.
que proclamaban libertad en mis pupilas,
y les dí recuerdos
para que se empaparan de magia.
Viví de cuentos sin final,
y calculé cuántos sueños me llevabas de ventaja
en aquello de volar más hacia arriba.
Soñé con rejas entrelazadas
por la decisión de cada mirada,
y conocí los pasos de cada error
en aquellos que no avanzan.
Hubo veces que miré las huellas de cada pared
que sabían a miedo sus escamas.
Imaginé a qué olía cada palabra
que tocabas con la punta de tus dudas,
y fijé los orgasmos en los espejos de mi almohada.
Decidí sacarme cada cristal roto
con tres minutos de tu ausencia,
y aquí estoy,
echándote de menos.
Compré un refugio de recuerdos
que ataron mis heridas como cuerdas
para que nunca se cerraran.
Enseñé a mis vuelos a planear
sin el olor de tus mañanas,
y escondí en los huecos que dejaste,
las plumas sucias de mis resacas.
Vi un deseo fugaz
y pedí una estrella,
así,
no sólo fue tu ausencia
la que brilló.
viernes, 10 de abril de 2015
universos de unibesos.
Escuché por un momento
los estanques del pasado
que me llamaban para volver.
Sólo aquéllos que volaron para ver el mar,
saben que el suelo está mucho más alto de lo que pisamos;
sólo los que cayeron por encima de su cielo,
entienden
que el fuego puede helar las dudas
hasta hacerlas opacas.
Pido perdón al destino,
por jugar con sus culpas y mis destrozos,
por crear el futuro del olvido
y alimentarlo con mis miedos.
Joder.
Sólo quiero correr el riesgo
de regar el ruido de tus corridas
en el quiebro de raptar las grietas en rama
con tus dudas en la lengua.
los estanques del pasado
que me llamaban para volver.
Sólo aquéllos que volaron para ver el mar,
saben que el suelo está mucho más alto de lo que pisamos;
sólo los que cayeron por encima de su cielo,
entienden
que el fuego puede helar las dudas
hasta hacerlas opacas.
Pido perdón al destino,
por jugar con sus culpas y mis destrozos,
por crear el futuro del olvido
y alimentarlo con mis miedos.
Joder.
Sólo quiero correr el riesgo
de regar el ruido de tus corridas
en el quiebro de raptar las grietas en rama
con tus dudas en la lengua.
jueves, 9 de abril de 2015
(h)el-arte de ausencias
No sé si es tu sonrisa la que sale para ver al sol,
o viceversos.
El día menos pesado
me pongo a disolver los tejidos de la piel;
ponernos verdes a modo de semáforos,
y pasar
de todos los días en rojo que no pasamos
por esperar la señal de la linea de salida.
Y corrernos.
Y pintarte un océano de papel, de esos pequeños.
Metro setenta de excusas para pasarme vida y media dentro de tí, en el sitio perfecto: justo en medio de tus labios,
con vis(i)tas a tu ombligo,
y en primera fila de tus muslos.
Ahí aprendí a escrivivir,
jugando a la rayuela en tu cuerpo.
o viceversos.
El día menos pesado
me pongo a disolver los tejidos de la piel;
ponernos verdes a modo de semáforos,
y pasar
de todos los días en rojo que no pasamos
por esperar la señal de la linea de salida.
Y corrernos.
Y pintarte un océano de papel, de esos pequeños.
Metro setenta de excusas para pasarme vida y media dentro de tí, en el sitio perfecto: justo en medio de tus labios,
con vis(i)tas a tu ombligo,
y en primera fila de tus muslos.
Ahí aprendí a escrivivir,
jugando a la rayuela en tu cuerpo.
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