Entre instante y estante
de mis ojeras,
coloqué derribos sin rumbo
ni destino;
pinté de negro todas las rejas
que gritaban libertad
entre las sábanas.
Tengo los huecos
hechos a tu medida,
cuando a cada poesía,
le faltan tus orgasmos,
y tu culo de por medio;
como unos versos buscados
por una boca
que no tiene a otra
que se rinda con ella;
como si volara entre sombras,
y no dejara de ver nadar
a tu sonrisa en gama de grises;
o como si encontrara en tus rincones
una huella de besos
a modo de saliva,
o de sudor,
ya sabes;
y no hubiera una lluvia
de recuerdos
jodiéndonos las cosquillas;
pidiendo paz,
después de la guerra
contra las ganas.
Las noches son más oscuras,
desde que tus bragas
no vuelan de este a oeste
por tus gemidos;
puedes irte con ellas,
o volver
y seguir volando,
ya me entiendes.
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